ENTREVISTA: Nacho Ruiz Capillas, montador de cine
Si hubiera que hacer una votación para elegir a los montadores españoles más destacados de las últimas décadas, Nacho Ruiz Capillas saldría en la lista de todo aquel que supiera un poco de esto del cine. Detrás de obras tan importantes como Familia, Barrio, La lengua de las mariposas, Los lunes al sol, Los otros, Azuloscurocasinegro o Ágora, por citar sólo alguna de las más conocidas y premiadas, Nacho ha trabajado con buena parte de los directores españoles que han hecho las propuestas más interesantes en estos años. Ha tenido la amabilidad de contestar a nuestras preguntas semanas después del estreno de Amador, la última película de Fernando León de Aranoa.
- Eres montador desde hace 20 años, ¿cómo han afectado los cambios tecnológicos a tu trabajo? ¿Crees que siempre han sido beneficiosos para el resultado final?
Nunca he entrado en la nostalgia laboral. Empecé con moviola y obviamente ahora es mucho más fácil todo. Puedo controlar y aproximarme al resultado final como no hubiera soñado al empezar en esto. Hubo un tiempo en que eché de menos las proyecciones, pero ahora las podemos hacer en HD con un proyector. No soy un fanático de la informática en general, pero en lo mío la diferencia ha sido como ir en un Simca 1200 a pasar a un deportivo.
- ¿Te costó mucho acostumbrarte a montar en no-lineal? Para algunos montadores el paso fue traumático.
Hubo una reconversión muy dura. Para algunos compañeros fue traumático… pero yo era muy joven y me manejé bien. Era divertido, comencé en Adobe (que era un infierno) luego pasé a Lightworks hasta que esa compañía quebró, pasé a Avid, ahora monto más en Final. Me voy manejando, la verdad.
- Eres uno de los montadores con más prestigio del país, ¿cómo decides qué trabajos aceptar? Para tomar una decisión, ¿pesa más el guión, quién es el director o bien otros factores?
Agradezco el cumplido. Normalmento me dejo llevar por la confianza. Si hubiera querido un trabajo convencional me hubiera hecho notario. Así que me dejo embarcar por la empatía que siento por el director. A veces he elegido una película peor pagada por trabajar con un director en el que confío. En términos generales no creo haberme equivocado. Por supuesto también a veces elijo algo que no conozco porque tengo agenda libre y vivo de esto… También es muy estimulante cambiar y conocer algo nuevo. Supongo que no soy diferente a cualquier técnico.
- ¿Te resulta más satisfactorio trabajar con directores consagrados o con gente que está empezando?
Si trabajo con un director consagrado es porque le conozco de antes. A muchos los he conocido como cortometrajistas. El cine es un arte, puede que no el primero, ni el segundo… es el séptimo, pero es arte y hay que buscar el estímulo, el vivir una experiencia interesante. Cada peli, corto o documental es una aventurilla.
- Hay momentos en las salas de montaje en que las decisiones sobre como resolver una secuencia se convierten en algo que roza lo personal. ¿Eres de los que negocia e intenta convencer o bien sueles dejar que prevalezca la opinión del director?
Intentar convencer porque sí es sublimar al ego (creo que es Jodorovsky el que dice que el ego siempre es la peor inversión). Me dejo convencer y quiero creer que también soy yo el que, a veces, convence. Esto no es una guerra. Es cine y siempre hay que aprender y, si puedes, enseñar ¿por qué no? Claro que a veces te cabreas pero… así es la vida.
- Has trabajado muchas veces con Fernando León, ¿la confianza con el director facilita las cosas o prefieres cierto distanciamiento?
Siempre prefiero la confianza, para el trabajo y para cualquier actividad que tenga que ver con mi vida. Además, con Fernando me río mucho y me parece un gran conversador en las comidas ¿Es esto importante? Para mí sí.
- Cuando empezaste Amador no hacía mucho habías terminado Ágora, una película con gran presupuesto y una enorme cantidad de planos de efectos. ¿Es muy diferente encarar una película mucho más modesta como esta?
Supongo que nadie me creerá pero no hay diferencia. Ágora es técnicamente complicada, es cierto, pero lo esencial no es lo espectacular sino los guiones. Rachel Weisz en el serapeo especulando sobre el movimiento de los planetas me emociona. Había un gran decorado, cromas, set extension, pero esencialmente había un guión y un universo de interpretaciones. En Amador está Magaly Solier padeciendo un personaje sin futuro. También hay guión ambicioso. Sin ambición en las historias este negocio carece de sentido.
- Según tenemos entendido Amador ha sido tu primera película con Final Cut Pro, aunque ya lo habías usado en proyectos menores. ¿Qué tal ha sido la experiencia?
Lo primero que hice en Final fue un corto de Beatriz Sanchis para Avalon (Mi otra mitad) Tengo un Final para mi uso personal y lo uso bastante. La verdad es que me he sentido a gusto, creo que es un buen sistema.
- ¿Por qué se tomo la decisión de montar la peli con FCP? Supongo que fue determinante el uso de la Red One.
Esa fue la razón principal, el poder hacerse con un muy buen equipo (rapidez, versatilidad, manejo de archivos pesados) por un precio razonable, supongo que también influyó.
- ¿Qué destacarías como lo mejor y lo peor del programa?
Lo mejor es su compatibilidad con otros programas, Photoshop, Motion… etc. Lo peor (lo tengo que decir) es el trim, creo que puede ser menos farragoso, si se mejora sería un sistema imbatible.
- Háblanos un poco del flujo de trabajo de la película.
Normalmente esto lo lleva mi ayudante, yo bastante tengo con lo mío y además no soy de los que se pierden en detalles informáticos porque me aburren. En general sólo monto y soy pejiguero con el sonido, no porque pretenda ser montador de audio (que no lo haría bien) sino porque soy consciente de que las proyecciones se venden con un ajuste afinado (etalonaje, mezcla…) casi real.
- ¿Cómo es la relación con tus ayudantes? ¿Qué parte del trabajo sueles asignarles?
Depende de las películas. Pero aparte, obviamente, de sincronizar y ordenar, EDL´s, OMF´s y todo eso, me gusta que repasen los efectos y el sonido y que me den su opinión sobre los pre-montajes. Suelo trabajar siempre con la misma ayudante, María José Almela, que lleva a sus espaldas el 90% de las películas en las que he trabajado. Un ayudante es un técnico especializado en acciones técnicamente complejas aunque a veces esto se olvide.
- ¿Cómo definirías el montaje de Amador?
Creo que intentamos algo diferente, menos “agreste” y basado en imagen “robada” que es una característica de las otras películas de Fernando. Este es más cíclico, austero… más hipnótico. Espero que se note.
- ¿Hay alguna secuencia de la película de la que estés especialmente satisfecho?
Marcela descubre lo que le ha pasado a Amador. Magaly vagando desconcertada por un descampado, deja pasar los autobuses y llega a casa de su pareja desquiciada. De pronto frena la pasión y se encierra otra vez en si misma. Creo que Solier es una gran actriz y representa un mundo lejano, ajeno a los valores mainstream a los que a veces tratamos de acercarnos con un exceso de frivolidad, pues paradójicamente no siempre garantizan los resultados comerciales que se esperan.
- Suponemos que ya estarás metido en nuevos proyectos, ¿puedes adelantarnos algo?
Estoy trabajando en Intruders de Juan Carlos Fresnadillo, al que conocí en su corto Esposados hace ya… mucho.
- Eres montador desde hace 20 años, ¿cómo han afectado los cambios tecnológicos a tu trabajo? ¿Crees que siempre han sido beneficiosos para el resultado final?
Nunca he entrado en la nostalgia laboral. Empecé con moviola y obviamente ahora es mucho más fácil todo. Puedo controlar y aproximarme al resultado final como no hubiera soñado al empezar en esto. Hubo un tiempo en que eché de menos las proyecciones, pero ahora las podemos hacer en HD con un proyector. No soy un fanático de la informática en general, pero en lo mío la diferencia ha sido como ir en un Simca 1200 a pasar a un deportivo.
- ¿Te costó mucho acostumbrarte a montar en no-lineal? Para algunos montadores el paso fue traumático.
Hubo una reconversión muy dura. Para algunos compañeros fue traumático… pero yo era muy joven y me manejé bien. Era divertido, comencé en Adobe (que era un infierno) luego pasé a Lightworks hasta que esa compañía quebró, pasé a Avid, ahora monto más en Final. Me voy manejando, la verdad.
- Eres uno de los montadores con más prestigio del país, ¿cómo decides qué trabajos aceptar? Para tomar una decisión, ¿pesa más el guión, quién es el director o bien otros factores?
Agradezco el cumplido. Normalmento me dejo llevar por la confianza. Si hubiera querido un trabajo convencional me hubiera hecho notario. Así que me dejo embarcar por la empatía que siento por el director. A veces he elegido una película peor pagada por trabajar con un director en el que confío. En términos generales no creo haberme equivocado. Por supuesto también a veces elijo algo que no conozco porque tengo agenda libre y vivo de esto… También es muy estimulante cambiar y conocer algo nuevo. Supongo que no soy diferente a cualquier técnico.
- ¿Te resulta más satisfactorio trabajar con directores consagrados o con gente que está empezando?
Si trabajo con un director consagrado es porque le conozco de antes. A muchos los he conocido como cortometrajistas. El cine es un arte, puede que no el primero, ni el segundo… es el séptimo, pero es arte y hay que buscar el estímulo, el vivir una experiencia interesante. Cada peli, corto o documental es una aventurilla.
- Hay momentos en las salas de montaje en que las decisiones sobre como resolver una secuencia se convierten en algo que roza lo personal. ¿Eres de los que negocia e intenta convencer o bien sueles dejar que prevalezca la opinión del director?
Intentar convencer porque sí es sublimar al ego (creo que es Jodorovsky el que dice que el ego siempre es la peor inversión). Me dejo convencer y quiero creer que también soy yo el que, a veces, convence. Esto no es una guerra. Es cine y siempre hay que aprender y, si puedes, enseñar ¿por qué no? Claro que a veces te cabreas pero… así es la vida.
- Has trabajado muchas veces con Fernando León, ¿la confianza con el director facilita las cosas o prefieres cierto distanciamiento?
Siempre prefiero la confianza, para el trabajo y para cualquier actividad que tenga que ver con mi vida. Además, con Fernando me río mucho y me parece un gran conversador en las comidas ¿Es esto importante? Para mí sí.
- Cuando empezaste Amador no hacía mucho habías terminado Ágora, una película con gran presupuesto y una enorme cantidad de planos de efectos. ¿Es muy diferente encarar una película mucho más modesta como esta?
Supongo que nadie me creerá pero no hay diferencia. Ágora es técnicamente complicada, es cierto, pero lo esencial no es lo espectacular sino los guiones. Rachel Weisz en el serapeo especulando sobre el movimiento de los planetas me emociona. Había un gran decorado, cromas, set extension, pero esencialmente había un guión y un universo de interpretaciones. En Amador está Magaly Solier padeciendo un personaje sin futuro. También hay guión ambicioso. Sin ambición en las historias este negocio carece de sentido.
- Según tenemos entendido Amador ha sido tu primera película con Final Cut Pro, aunque ya lo habías usado en proyectos menores. ¿Qué tal ha sido la experiencia?
Lo primero que hice en Final fue un corto de Beatriz Sanchis para Avalon (Mi otra mitad) Tengo un Final para mi uso personal y lo uso bastante. La verdad es que me he sentido a gusto, creo que es un buen sistema.
- ¿Por qué se tomo la decisión de montar la peli con FCP? Supongo que fue determinante el uso de la Red One.
Esa fue la razón principal, el poder hacerse con un muy buen equipo (rapidez, versatilidad, manejo de archivos pesados) por un precio razonable, supongo que también influyó.
- ¿Qué destacarías como lo mejor y lo peor del programa?
Lo mejor es su compatibilidad con otros programas, Photoshop, Motion… etc. Lo peor (lo tengo que decir) es el trim, creo que puede ser menos farragoso, si se mejora sería un sistema imbatible.
- Háblanos un poco del flujo de trabajo de la película.
Normalmente esto lo lleva mi ayudante, yo bastante tengo con lo mío y además no soy de los que se pierden en detalles informáticos porque me aburren. En general sólo monto y soy pejiguero con el sonido, no porque pretenda ser montador de audio (que no lo haría bien) sino porque soy consciente de que las proyecciones se venden con un ajuste afinado (etalonaje, mezcla…) casi real.
- ¿Cómo es la relación con tus ayudantes? ¿Qué parte del trabajo sueles asignarles?
Depende de las películas. Pero aparte, obviamente, de sincronizar y ordenar, EDL´s, OMF´s y todo eso, me gusta que repasen los efectos y el sonido y que me den su opinión sobre los pre-montajes. Suelo trabajar siempre con la misma ayudante, María José Almela, que lleva a sus espaldas el 90% de las películas en las que he trabajado. Un ayudante es un técnico especializado en acciones técnicamente complejas aunque a veces esto se olvide.
- ¿Cómo definirías el montaje de Amador?
Creo que intentamos algo diferente, menos “agreste” y basado en imagen “robada” que es una característica de las otras películas de Fernando. Este es más cíclico, austero… más hipnótico. Espero que se note.
- ¿Hay alguna secuencia de la película de la que estés especialmente satisfecho?
Marcela descubre lo que le ha pasado a Amador. Magaly vagando desconcertada por un descampado, deja pasar los autobuses y llega a casa de su pareja desquiciada. De pronto frena la pasión y se encierra otra vez en si misma. Creo que Solier es una gran actriz y representa un mundo lejano, ajeno a los valores mainstream a los que a veces tratamos de acercarnos con un exceso de frivolidad, pues paradójicamente no siempre garantizan los resultados comerciales que se esperan.
- Suponemos que ya estarás metido en nuevos proyectos, ¿puedes adelantarnos algo?
Estoy trabajando en Intruders de Juan Carlos Fresnadillo, al que conocí en su corto Esposados hace ya… mucho.
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